La siguiente parada, la primera en la historia de esta bitácora, está dedicada a una de las bandas favoritas de mi hija, mi esposa y mía: Tu Rockcito. La intención inicial era hacer una publicación en Facebook sobre ellos tras el lanzamiento de su más reciente álbum, Tiburockcito Filarmónico, pero la inspiración me llevó más allá, germinando la idea de este blog. Tenía que encontrar la manera de compartirlo de publicarla, de compartirla. Aquí la tienen, queridos argonautas. ¡Muchas gracias, Paula! ¡Muchas gracias, Tu Rockcito!
El inicio de una historia familiar con Tu Rockcito
Corría el año 2014. Mi esposa y yo ingresamos al almacén La Música de Unicentro en Medellín con el fin de buscar música infantil para nuestra encantadora bebé, Miranda, quien tenía solo unos meses de nacida en ese entonces. Primero, seleccionamos un estuche de 3 CD de Toy Cantando, con canciones infantiles de ritmos y letras clásicas. Estábamos dispuestos a conformarnos con esa compra, pero seguimos buscando y encontramos un CD empacado en una llamativa caja verde de plástico. En la carátula decía “Tú Rockcito”1 y tenía la foto de lo que parecían ser los miembros de una banda en poses rockeras, con el nombre del álbum abajo en el centro: Rockcitis Aguda. Al leer que se trataba de rock para niños, lo compramos sin dudar, sin siquiera escucharlo un poco. ¿Rock para niños? No conocíamos la existencia tal concepto; no podíamos dejarlo pasar.
Por defecto, supuse que era una banda mexicana (bendito prejuicio colombiano de pensar que algo tan bueno no podría ser de aquí). ¡Qué sorpresa nos llevamos al escuchar la primera canción, Venimos a Rockear! Pensé: “Esto es más que música para niños”. Los adultos también quedamos atrapados. Aún más sorprendente fue descubrir en la letra pequeña en la parte trasera del estuche del CD que la banda es orgullosamente colombiana. Luego me enteraría de que la líder era la aguerrida Paula Ríos, paisana de Medellín, y que el resto de sus compañeros de banda de ese momento eran bogotanos, o al menos estaban radicados allí, al igual que ella.
Con el tiempo, Tu Rockcito se convirtió en un compañero inseparable en el crecimiento de nuestra hija, especialmente en su educación musical; también acompañada de los clásicos Canticuentos de Marlore Anwandter —con los que muchos de la generación X y milenials crecimos— y las canciones de Toy Cantando.
Prácticamente han estado presentes toda la vida de Miranda. Y es que, ¿cómo no quererlos? Sus letras son divertidas, interactivas, educativas y, quién lo diría, también introspectivas. Invitan a reflexionar y están acompañadas de un rock estridente, con guitarras rasgadas y melodías pegajosas. Sin embargo, no se dejen engañar, queridos argonautas: también coquetean con otros géneros como la cumbia, el jazz, el blues, el metal, el punk, el funk, el reggae, la champeta, además de incluir ritmos suaves para los más pequeños, como en el álbum De la Cuna a Jungla (2015), por el cual fueron nominados por primera vez a los Grammy Latinos.
En 2017 lanzan su tercer álbum, Somos Ruidosos, el último formato físico, donde hay un giro en las letras en algunas canciones, como Canción para los Días Tristes o Ahí Estás, que tratan temas para niños más grandes.
De nuevo serían nominados en 2021 por su álbum en vivo Tu Rockcito Filarmónico, junto a la Orquesta Filarmónica de Medellín. Esta vez sí ganaron. Sentí gran orgullo al enterarme y verlos a la distancia aceptar su merecido premio.
En 2022 lanzaron El Mundo Necesita Más Canciones de Niños, su cuarto álbum de estudio. Aunque tuvo menor difusión es una digna adición a su discografía.
Finalmente, la joya de la corona: Tiburockcito Filarmónico, lanzado el 2 de agosto de 2024. Es un álbum majestuoso que merece una entrada aparte ¡Suscríbanse, queridos argonautas, para mantenerse al tanto futuras novedades como ésta!
Encuentros con Tu Rockcito en concierto
Hemos tenido la fortuna de verlos en vivo tres veces hasta ahora (si viviéramos en Bogotá, seguro que serían muchas más). La energía de Paula en el escenario es incansable: salta durante todo el concierto sin perder el aliento y, lo más impresionante, sin desafinar. El resto de la banda fluye con esa misma energía de su líder, comportándose también como unos niños.
- Domingo 14 de octubre de 2018
La primera vez que los vimos en vivo fue en Tutucán, Rionegro. Miranda tenía 4 años. Semanas antes, tuve la oportunidad de contactar a Paula para comprar el resto de los CD y DVD que nos faltaban para completar la colección hasta ese momento. Fue casi una coincidencia que ella nos anunciara que estarían en la ciudad donde vivimos, Rionegro. En realidad, para entonces, parecía una posibilidad remota, casi una quimera.
Paula se encontraba un poco contrariada antes del concierto porque no iban a poder contar con una pantalla para proyectar sus animaciones; nos perderíamos, según ella, “una parte muy chévere del espectáculo”, pero estaban acostumbrados a sortear ese tipo de novedades. Sin embargo, el concierto fue una experiencia inolvidable, pues los personajes del pueblo de Tutucán se convirtieron en unos miembros más de la banda saltando, pogueando, moviendo sus melenas. Crearon una atmósfera de risas y energía contagiosa. No hizo falta ninguna pantalla.
El público, inicialmente ajeno a lo que presenciaba, terminó cautivado; los niños, por su parte, no podían resistirse: saltaban, bailaban, jugaban y cantaban los coros de las canciones como si ya las hubiesen escuchado mil veces. Yo, quizá presintiendo que la experiencia sería mágica e irrepetible, capté con mi cámara del celular lo que más pude de principio a fin. “La próxima tienes que dedicarte solo a disfrutar”, me dijo Paula tiempo después cuando les compartí los videos. Para los conciertos posteriores atendí sus palabras.
Al terminar el concierto, tuvimos la oportunidad de conocerlos en persona y de que nos firmaran todos los CD que Paula recién nos había entregado. Todos los miembros de la banda en aquel momento fueron muy amables2.
Conocimos también a doña Marleny Delgado en el momento de comprar unas gorras de la banda. Pensamos que era una colaboradora más, pero para nuestra sorpresa, resultó ser la mamá de Paula. Ella nos vendió las gorras oficiales de la banda. Se conmovió mucho al conocer a nuestra hija y preguntarle por sus canciones favoritas de la banda. La chicuela, sin titubear, le contestó: La Araña Susanita y El Oso Barrigón (que en realidad se llama La Adivinanza). Doña Marleny dejó escapar lágrimas de orgullo maternal.
Quedamos con su contacto para coordinar la compra de algunos CD adicionales, los cuales terminamos regalando a los hijos de nuestros amigos más cercanos en diferentes ocasiones. Queríamos difundir la fiebre de Tu Rockcito.
- Jueves 20 de octubre de 2022
El siguiente concierto al cual pudimos asistir fue en el Parque Recreativo Comfama Rionegro. Esta vez fuimos Miranda y yo. En esa ocasión, el concierto comenzó con poco público, pero tal como sucedió en Tutucán, la energía de Tu Rockcito terminó atrayendo a más personas, cual flautista de Hamelín. Nuevamente, los niños brincaban, gritaban, cantaban, y varios adultos, incluyéndome, tampoco podíamos resistirnos a las ondas sonoras que atravesaban nuestros cuerpos.
Curiosamente, recuerdo que detrás de nosotros estaba uno de los actores que participó la vez anterior en Tutucán, David González. Lo acompañaban su esposa y su hija. Sacudía su melena como aquella ocasión en Tutucán. Concluyo, entonces, que en ambas ocasiones no estaba actuando; simplemente se dejaba llevar por la música. Suele suceder; es inevitable.
Al término del concierto, nos encontramos de nuevo con doña Marleny, quien reconoció a Miranda y le brindó un cálido y sincero abrazo. Me pidió permiso para invitarle un dulce, y así lo hizo. Finalmente, pudimos actualizar la foto de Miranda y Paula, cuatro años después.
- Sábado 27 de julio de 2024
Es el concierto más reciente al que hemos asistido a la fecha de escribir esta entrada. Se llevó a cabo en el recién inaugurado Teatro El Tesoro de Medellín.
Antes de entrar, nos acercamos al stand donde estaban vendiendo mercancía de la banda. Una vez más, nos encontramos con doña Marleny, a cargo de tal labor, quien de inmediato reconoció a Miranda y la saludó con el mismo abrazo cariñoso de dos años atrás. Compramos unas camisetas, al menos para Miranda y para mí. No quedaban referencias de mujeres, por lo que mi esposa no pudo hacerse a una.
Doña Marleny llevaba un pin con el logo de Tu Rockcito, el cual llamó la atención de nuestra hija, quien también quiso comprar uno. Sin embargo, no quedaban más. En un nuevo acto de amabilidad y calidez, doña Marleny le regaló el suyo.
Por primera vez, pagábamos para ver la banda en vivo, ya que las veces anteriores los conciertos habían sido gratuitos. Se sintió bien aportar nuestro granito de arena para apoyarlos. Fue también agradable ver a tanta gente que asistió por gusto propio, y no por la casualidad de la gratuidad. Incluso, había personas que viajaron desde Manizales y Pereira. Contribuyeron a que casi se llenara el teatro.
Sin duda, este concierto marcó un punto de quiebre para la banda, pues Paula regresaba a su tierra para validar el resultado del arduo trabajo que había labrado desde su emigración a Bogotá en 2007. Todas esas presentaciones sin costo para los asistentes habían dado su fruto. Con seguridad, de cada una de ellas surgieron nuevos fanáticos que, como nosotros, asistieron pagando la entrada.
El concierto transcurrió como siempre, con la misma energía y entusiasmo de la banda. Sin embargo, Paula dio más de lo habitual; no sé cuántos kilómetros habrá recorrido con sus saltos y movimientos por todo el escenario. Lo entregó todo y los niños lo recibieron con entusiasmo.
Teníamos la intención de actualizar la foto de Paula con Miranda cuando finalizó el concierto. Ella me había asegurado días antes que lo lograríamos, pero ya se habían ido tras el escenario. Resignados, salimos del recinto y, para nuestra sorpresa, ella, paciente, se encontraba en el lobby tomándose fotos con los niños, quienes se le acercaban como pirañitas buscando pellizcar un poco de amor. Era un caos. No veíamos la forma de que Miranda pudiera tomarse la foto. Paula, como buena líder, llamó a sus escuderos a formación. La sesión de fotos improvisada tomó más fuerza con toda la banda en un solo cuadro. Fue entonces que del caos vino el orden, pues se formó una larga fila de niños que deseaban una foto con sus ídolos.
Esperamos con paciencia a que el cardumen de niños se disipara. Luego, acompañé a Miranda para ser de los últimos en hacer fila. Cuando llegó nuestro turno, no pude evitar colarme también para la foto. Toda la banda, sin excepción, fue muy afable y hasta juguetona. Paula les explicó quién era yo: “Él es el que grabó los videos de Tutucán”. A lo que ellos reaccionaron con gestos de gratitud.
Pero la verdadera gratitud es la que debemos sentir sus fanáticos. No sé hasta qué punto podrán seguir realizando semejante gesto de humildad y paciencia al tomarse fotos con los niños después de los conciertos. Llegará el día en que serán aún más queridos y reconocidos, y ese gesto será difícil de repetir.
Un viaje que continúa
Tu Rockcito es un símbolo de resistencia frente a las corrientes musicales dominantes. En un mundo donde existe un género que roza la “pornografía auditiva” y cada vez gana más terreno. Ellos se dedican con pasión a contrarrestar esta tendencia, a que no sea un género predilecto para los niños.
Con casi 15 años de trayectoria, ha sido un honor acompañarlos durante 10 de esos años. Paula, seguramente basándose en su experiencia con otros niños, sobre Miranda predice: “A los 11 ya no me querrá más”. Lo dudo mucho. Pero si así fuera, estoy seguro de que su papá seguirá siendo un fiel seguidor.
Para concluir, me quedo con las palabras de Paula en su discurso de aceptación del Grammy en 2021:
“Siembren buena música en los niños. Ellos nos devolverán la cuna del mundo, del planeta y nos regalarán un bosque”.
BONUS TRACK
Acá les comparto mi selección especial de Tu Rockcito en Spotify:
Argonautas, sigan a Tu Rockcito:
Pagina Web
- El nombre inicialmente llevaba tilde, según Paula, porque se refiere al pronombre “tú”, “tú (eres el) rockcito. Por cuestiones de marca ha dejado de utilizarlo con dicho acento gráfico. ↩︎
- Daniel Cadena (bajo, guitarra), Ángela Olarte (batería), Felipe Gutiérrez (guitarra), Leonardo Aranguren (guitarra) y Camilo Vera (bajo, guitarra). ↩︎
¡Aplausos!
El poder de la lectura hace magia y explota más en tu cerebro cuando se conoce al autor de las letras en el tiempo. Se engrandece aún más cuando es un padre y esposo que se deja llevar de la pasión de su novata educación paternal.