Toda historia tiene un comienzo, éste es
Esta bitácora, queridos argonautas, germina del deseo de compartir en mis redes sociales nuestra historia familiar con la banda de rock colombiana para niños, Tu Rockcito, y cómo nos ha impactado de manera positiva. Lo que pretendía ser solo un breve post de uno o dos párrafos para expresar nuestro cariño hacia la banda, se transformó en algo más: un escrito mucho más largo. Tanto, que no me pareció adecuado publicarlo en redes, pues sería tedioso para el lector común. Además, vi en ello la oportunidad de dejar la historia en Internet, disponible para todos, y quizás darle un poco más de visibilidad a un proyecto que merece mucha más apreciación y éxito del que ya tiene. Era mi granito de arena.
Ante ese ataque de inspiración, tenía que encontrar la manera de compartir el escrito.
Entonces, la serendipia hizo su aparición al día siguiente de comenzar a redactar lo que luego se convertiría en la primera parada de este viaje: TU ROCKCITO: SEMBRANDO BUENAS CANCIONES. Un día vi etiquetado en en Instagram en una publicación aleatoria a un tal “Elfanfatal”, cuyo nombre de pila es Diego Londoño. Por curiosidad, ingresé a su perfil, donde encontré un enlace a lo que parecía ser su página web personal, www.diegolondono.co. Después de leer sobre su vida y logros como escritor, locutor, presentador de televisión, melómano, entre otros, me dije: “Este caballero es lo que me gustaría ser cuando sea grande”. Acto seguido, le escribí por el chat para manifestarle en caliente mi admiración y la cuasivergüenza de no haberlo conocido antes. Me respondió de inmediato, de manera cortés, explicando que me respondería más tarde con más calma, ya que ese tipo de mensajes no los tomaba, en sus propias palabras, “en piloto automático”. Durante ese espacio de tiempo, compré uno de sus libros, Donde nacen las canciones (que merece su propia reseña en esta bitácora). Luego, Diego me respondió con una nota de voz llena de afabilidad y calidez, agradeciéndome por mis palabras.
¿Por qué les cuento todo esto? En el proceso de conocer a Diego, ponerme en contacto con él, comprar su libro y recibir su respuesta, en mi mente se posó la idea cual rayo caído del cielo, cual bombilla que se enciende al momento de chasquear los dedos, de crear una página web personal similar a la suya para, por lo menos inicialmente, compartir TU ROCKCITO: SEMBRANDO BUENAS CANCIONES. Luego comprendí que sería también un medio para escribir sobre otras experiencias personales relacionadas con la música, y eventualmente, sacar a la luz algunos escritos y cuentos que tengo archivados.
Acto seguido, le comuniqué mis intenciones a mi gran amigo Mauricio Díaz, profesional y conocedor de las artes de la comunicación y difusión. Desde entonces, me ha acompañado en este camino con sus valiosos consejos, sugerencias y opiniones.
Más tarde, le anuncié a mi esposa: “he vuelto a escribir”. No quise dejárselo saber antes, porque sentía una vergüenza oculta por haber dejado la escritura de lado durante tanto tiempo. No quería anunciarle sobre mis intenciones sin estar seguro de que sólo sería un arrebato de un día, que luego no llegaría a ningún puerto. Luego, compartí mis planes con nuestra hija. Ambas reaccionaron como lo necesitaba: con aliento y comprensión. Eso fue todo lo que requería para seguir adelante. Así, se unieron y participaron con sus opiniones en el nacimiento de esta bitácora.
En resumen, ha sido una mezcla de pasiones dormidas y otras bien despiertas, combinadas con las coincidencias de la vida, Dios, el universo, el destino, o como prefieran llamarlo, que nos han traído hasta aquí.
Para conocer más sobre La Bitácora de Argo visita:
Sobre el nombre de La Bitácora de Argo